La hidratación es un paso clave de la rutina de belleza diaria si queremos lograr que nuestra piel se mantenga saludable, luminosa y lozana. Además, contribuye a protegerla de los factores externos como la acción de los rayos solares, la contaminación y los cambios climáticos que enfrenta día a día.
Pero para lograr estos objetivos, es fundamental elegir correctamente una crema hidratante que se adapte a sus necesidades y características. A continuación, repasamos qué tener en cuenta para encontrar la crema perfecta:
Si nuestra piel es grasa: en estos casos, es mejor optar por cremas de consistencia liviana, ligeras y de rápida absorción. Esto ayudará a que se mantenga hidratada sin provocar exceso de grasitud.
Si nuestra piel es mixta: esta clase de pieles pueden disfrutar de una mayor libertad a la hora de elegir su crema hidratante. Las emulsiones con vitamina A contribuyen a mantener la estructura de la piel e incrementan su producción de colágeno, reestableciendo su elasticidad y luminosidad natural.
Si nuestra piel es seca: para este tipo de piel, nada mejor que aquellas cremas con componentes ultra hidratantes, como la Manteca de Karité, que repara la piel, otorgándole suavidad gracias a sus propiedades emolientes, o Vitamina E, que protege la membrana celular de los radicales libres y contribuye a su eliminación.
Siguiendo estos consejos, lograremos lucir una piel radiante, hidratada y suave, sin importar sus características.