Las época festiva suele ser un momento que conjuga algunos de los peores enemigos de la
salud de la piel: estrés, malos hábitos alimenticios y cansancio. Esto puede desencadenar la
aparición de signos de envejecimiento tales como ojeras y bolsas en los ojos, poros abiertos y
pérdida de luminosidad. Por eso, después de abrir los regalos, nada mejor que regalarle una
rutina de recuperación a nuestra piel.
Como siempre, el primer paso es la limpieza. Antes de lavar las copas del brindis de la noche
anterior, podemos mojar un algodón con agua micelar y remover las impurezas y los restos de
maquillaje de nuestro rostro. Esto permitirá que durante el próximo paso la piel quede lista
para recibir la hidratación que tanto necesita para recuperar toda su vitalidad.
Para continuar con este tratamiento post fiestas es conveniente recurrir al aliado ideal para
atenuar bolsas y ojeras: el contorno de ojos. Debemos aplicarlo con suaves golpecitos de
nuestro dedo anular, ya que es el que menos presión genera sobre esta delicada zona de la
piel.
¡Y ahora sí! Solo resta rehidratar completamente la piel del rostro con nuestra compañera más
fiel: la crema hidratante. Tomando una porción del tamaño de una almendra pequeña bastará
para devolverle a nuestra piel todos los nutrientes y el agua que pudo haber perdido como
consecuencia de los excesos.
A través de esta rutina revitalizante, nuestra piel también tendrá motivos para celebrar.